4 de Octubre del 2020
Querido diario:
Uno suele acumular un montón de basura interna. Misma que actúa como reguladora de conducta o más bien como represión (ok, quizás exagero en esta ultima afirmación). Actúa como jurado, quién sin escrúpulos ni empatía te puede destrozar con cada decisión que tomas y la sentencia suele ser una joda que reprime más. Claro que, cuando haces algo "bien hecho" no hay escándalo alguno, ni jurado que destroce, ni menos juez que sentencie; recibes aceptación y quizá un "Bien hecho". Pues, claro, sin exagerar; por qué habrían de reconocerte por hacer (o ser) lo que debes??
Rousseau dijo "el hombre es bueno por naturaleza", dejando claro que es el medio quien lo corrompe, lo transforma. Pero si hablamos nivel instinto y entendemos por instinto aquello que no se aprende, pueees... Hobbes dijo "el hombre es malo por naturaleza"... (ósea, y entonces??? Soy un pan de Dios o un ente del demonio???).
Hija mía de mí. Tú eres una cabrona y lo sabes (awwww ps si, lo soy. Pero entonces Rousseau y Hobbes qué?). Bueno, ambos tienen razón en cierta medida (what??). San Freud lo explica así : el ser está compuesto por dos instintos primarios, eros y tánatos (amor y odio), y necesitamos de ambos para funcionar como lo hacemos.
Nuestras actitudes son guiadas por dichos impulsos, uno por delante, pero siempre adheridos los dos. De ahi se desprende esa necesidad de amar hasta la muerte, por ejemplo, o de sentir placer infinito ante conductas sadomasoquistas (uuufffff!!!). Dios, de ahí se deriva esa lucha interna por regular esos instintos primitivos, la consciencia.
En mi experiencia profesional, la mayoría de la gente carga culpas por caer en conductas desenfrenadas que obedecen al tánatos, pero que les han otorgado muchisimo placer, su estructura se rompe y viven sintiéndose señalad@s por todos, sobretodo por ell@s mism@s... y no sólo por lo que hicieron, querido diario, no, sino porque desean volverlo a hacer y su pensamiento se desvive creando escenas donde la fantasía se culmina una y otra vez, de mil modos posibles (uuuuy, guacala, qué rico!!). Y eso genera culpas, miedos, inseguridades, ansiedad y, por el freno que se nos obliga a poner, frustración (awwww!!).
Sí, lo sé. Por ello es necesario ubicarse, aprender a reconocer el momento y lugar adecuado para dar rienda suelta a nuestro placer. Y entonces sí, una vez ubicad@, dejarte arrastrar por todo ello, entregandote al cien al placer, sin culpas, sin miedos, ni prejuicios. Sin miedo al que dirán. Porque creeme, querido diario, quién más señala y juzga, más sucia tiene la consciencia.
Por ello, decidí ubicarme de nuevo, y no negarme al vicio de vivir plenamente esos placeres que la moral tacha de prohibidos, de vulgares e indecentes. Y lo voy a gozar al extremo y más aún que tengo con quien compartir dicho placer... diooos!!! Qué rico!!! Tiempo para divertirse!!! Yaaaaay!!
Y quién esté libre de pecado..... ja!!!
Con amor, Jess.
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