Mi Diario.. Jess: ..Like a Queen..

27 de Septiembre del 2020

Querido diario:

A mis cinco años, soñaba con ese fantástico mundo de castillos, brujas, bosques encantados y príncipes - aunque estos últimos no eran tan necesario, pero de algo servían -; imaginaba elegantes y divertidos bailes en el gran salón del palacio; las mujeres llegando con esos super vestidos pomposos de colores y que te impiden respirar con libertad (dioooss... help me pls!!); sus altísimos peinados de suculentas pelucas adornadas y esa actitud arrogante que choca (sobretodo esa chingada risilla pendeja super fingida). Los caballeros, con sus trajes coloridos, pantalones cortos, medias largas, zapatos de tacón (ellaaa... bien perris!!! Digo, él... jejeje); y claro sus correspondientes pelucas elegantes. Todos chismorreando de todo y nada, más trivialidades y frivolidades que otra cosa (mucha hipocresía para mi gusto). En fin yo siempre me imaginaba con un bonito vestido y correteando por el Palacio, comiendo dulces y haciendo travesuras por doquier jajajajajajaja.

Recuerdo que quería ser una princesa para cambiar el mundo (na seas mamona!!! a esa edad querías ser princesa para tener un chingo de vestidos y ser doctora... no digas tontearías)... ok, ok, ok... quería ser princesa pa'eso, sí. Poco a poco fui perdiendo ese deseo cuando empecé a conocer más sobre las historias de princesas (sobretodo esas historias de Disney xO). Me decepcioné terrible del modo tan... tan... patético (pa'no decir pendejo, ridículo, mamon) en que actuaban las princesas y esa obsesión tan estúpida por enamorar al príncipe y que eso bastara para ser felices por siempre (ósea, no mames!!!). En mi adolescencia - más o menos hace como dos años xD - (jaaaaaa pendeja, me hiciste escupir el cafe!!! Ok, no pasa nada... estoy de acuerdo contigo), decidí que no quería ser princesa, odiaba eso de tener que por fuerza conquistar a un hombre, casarme, tener bebes y verme siempre como muñequita (iuuu...qué guacalita... awwww); yo amaba las matemáticas, la historia, la química, la física, amaba saber más y más... era jodidamente curiosa y preguntona, me encantaba leer, no me conformaba con la primera respuesta que se me diera y sobretodo muy independiente, con un carácter complejo y una tenacidad imparable (aún lo soy, claro!!). Entonces no encajaba con el estereotipo de princesa; recuerdo que incluso me trataban rudo los putos compañeros del grupo y yo los mandaba a la chingada, porque, obvio, por dentro soy pura miel (what??? Delete pls... eso no se dice estúpida!! Top Secret).

En fin, hoy en día, redefiní lo que es ser una princesa (mi propia definición, aclaro, para quienes no les funciona bien el hamster en la cabeza). Ser una princesa tiene que ver más con la actitud y los valores que posees: saber escuchar, ser prudente al hablar, tener empatía, ser congruente, solidario, no declinar sin dar todo de ti, perseverar, saber levantarte ante las caídas, aprender de ello (llorar si es necesario), aceptar y continuar. Sobretodo, ser fiel a tus propios principios, a ti misma y jamás, jamás, bajo ningún motivo, perjudicar o joder al otro. Claro, somos imperfectas, quién no?, al fin y al cabo somos humanos y erramos, pero debemos tener la capacidad de admitirlo y rectificar. Hoy, puedo decir (sin sonar mamona), que ya no me siento princesa, hoy, más bien, soy como una Reina, plena, segura, feliz... con un Rey, impresionante, a mi lado.

Con amor, Jess.