16 de Febrero del 2021
Querido diario:
Regálame una flor y hazme feliz por la eternidad. Total... Mi argento me dio flores, rosas, las rosas más bonitas del universo con ese aroma sutil y constante que me recuerdan a cada momento sus labios sobre los míos, su tacto en mi piel.
Creo firmemente que la dicha radica en los detalles, en las simplezas de la vida. Ser feliz no implica lo complejo - salvo, quizás, lo complejo del amor -, implica tiempo, paciencia, atención, interés, ternura, pasión, un poco de perversión (por qué no?), complicidad. Son los silencios que agudizan el oído al hablar, son los besos que callan una boca ansiosa, es el abrazo que sostiene, la mano que sujeta y equilibra la mente. Son esas explosiones - a veces caóticas - que hacen vibran el ser, la mente, el alma, el corazón; que te hacen recordar que vives, que sientes, que existes, que perteneces. Son esos detalles que te hacen volar y conquistar el infinito sabiéndote acompañada.
Regálame una flor - o dos, o las que te quepan en el alma -, y hazme feliz una eternidad.
Mi argento es, por mucho... MARAVILLOSO.
Con amor absoluto, Jessi.
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