10 de Diciembre del 2020
Querido diario:
Sentirse sexy es una cuestión super importante para cualquier persona (miento, no para todos, a algunos les vale madre eso y está bien, cada cabeza es un mundo). Para mi es importante saberme, sentirme y verme sexy. Ser sexy es un 95% actitud, el resto es darle una pequeña ayudadita con ropa, accesorios y maquillaje. En mi caso tengo una motivación extra -muy poderosa- además de mi placer, mi argento. Saber cuánto provocaré su libido, su perversión y sus ganas -uuuuufff- me excita.
La lencería de encaje es mágica, perversa y sexy por naturaleza, despierta el morbo, el deseo y sin duda cualquier persona (cualquier persona!!!), se siente super sexy cuando la viste. Unas botas largas, una venda en los ojos, un accesorio en la boca -cuna de erotismo a full-, una buena pose y dioooos!!! Come here my lord, play with me, pls!!!... Arrasando total... Y funciona, si que funciona... Hoy no pensamos en coger (lo juro!!), no por falta de deseo, ni ganas, sino que teníamos otras cosas por hacer (además de tener menos de 24 hrs de haber cogido un par de veces, quizá más veces). Pero basto vestir lencería para que ambos supiéramos lo que sucedería. Una nalgada, dos, tres; un ligero gemido y un gesto; una palabra y uuufff!!! Qué delicia tener su cuerpo sobre el mío, sus manos hurgando por cada rincón, su deseo penetrando mis entrañas con furor... Dioos!!
Y entonces él dice, amo ese atuendo... Sí, claro lo ama... y yo también...
Con amor, Jess.
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