16 de Diciembre del 2020
Querido diario:
De esas veces en que mi amor viaja, una llamada, unas palabras. Me disponía a dormir, pero su voz, sus palabras, despertaron al diablo que hay en mí. Amo disfrazarme, amo provocar (él lo sabe). Amo exponerme ante él y ver su mirada perversa recorrerme. Mis manos, mis dedos, un dildo; trataron de hacer lo que él hace en mi cuerpo, con mis sensaciones, con mi deseo (no lo igualo), fue apenas suficiente para calmar un poco la excitación y sobretodo para que él supiera que pienso en él en cada momento. Sabe que es mi vicio, sabe que su boca me alucina, sus dedos, su lengua, uufffff!!!...sobretodo, esa verga que tanto, tanto, tanto placer me ha otorgado dioooooosss!!!...
Al volver él a casa, el juego fue mejor: sus dedos, mis dedos, su lengua, el dildo uuuuuuuuuuuufffffffffff!!! Carajo... adoro me tome y me haga suya a placer... qué digo... soy el diablo, pero cuando mi argento ordena, yo calladita, como buena gatita, melosa, meneando la colita, dispuesta, lista, ansiosa por sentir sus embestidas eufóricas haciéndome suya una y otra y otra vez. Im a Bad, bad, bad girl!! I know...
JeSs.
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